Baños de bosque: naturaleza y mindfulness

 

Baños de bosque: naturaleza y mindfulness

La última actividad que ofrecemos a los clientes de Abadía Retuerta LeDomaine es una inmersión en la naturaleza con los cinco sentidos de la mano de Marta Bernardo, profesora de distintas disciplinas de yoga y consultora de mindfulness.

Hay formas y formas de pasear. Con este nombre tan evocador (los baños de bosque son la traducción al castellano del término japonés Shinrin-Yoku), proponemos un recorrido plenamente consciente y revelador aprovechando los bellos parajes de la finca de Abadía Retuerta.

“Es un paseo en el que nos vamos a dejar absorber por todo lo que nos rodea para sentir que formamos parte del bosque”, señala Marta Bernardo, encantada con esta experiencia que busca una atención plena por parte de todos los participantes. En este sentido, lo considera un ejercicio puro de mindfulness porque participa totalmente de su esencia de estar presente y aceptar la realidad tal y como es. Otro elemento positivo desde su punto de vista: “Nos ayuda a recordar que el 99,9% de nuestra existencia ha sido viviendo en la naturaleza. Las ciudades nos han desarraigado, en especial a las generaciones más jóvenes y de hecho existe un trastorno conocido como déficit de naturaleza”.

La sensación de impregnarse de bosque puede ser liberadora para dejar atrás tanto el estrés de estos tiempos tan complicados de pandemia como las presiones del mundo laboral. La propia Marta conoce muy bien esta problemática. Formada como economista, ocupó cargos de responsabilidad en distintas empresas durante 12 años (se reconoce como “madre trabajadora hiper estresada”) hasta que tuvo que parar. “Empecé a hacer yoga y acabé replanteándome mi vida; me formé en yoga, mindfulness y otras disciplinas y desde entonces no he dejado de aprender nuevas técnicas. Vivimos un momento en el que existen muchas posibilidades de ayudar”, señala.

 

Del pinar al huerto

El baño de bosque que se propone en Abadía Retuerta es un paseo dirigido y relativamente corto que discurre por uno de los pinares cercanos al hotel, recorre el espacio entre el río y el canal y termina junto al huerto.

Se hace muy despacio, buscando caminar de forma consciente (mindful walking) y disfrutando en todo momento del recorrido. “Cuando caminamos despacio, somos capaces de pararnos a ver un hormiguero, unas orugas, de asombrarnos…” recuerda Marta.

Además de conseguir estar presente en cada paso que se da, el objetivo es que todos los sentidos entren en juego. El olfato, por ejemplo, se activa especialmente en el pinar, mientras que el oído entra más en juego en las cercanías del río gracias al sonido del agua y la mayor cantidad de pájaros que hay en esta zona. Hay también un momento para el paladar (mindful eating), ya que el recorrido finaliza degustando una infusión acompañada de frutos secos y, dependiendo de la temporada, algún producto del huerto de los monjes.

“La forma en la que comemos es una metáfora de cómo vivimos nuestras vidas. ¿Apreciamos lo que nos llevamos a la boca?, ¿saboreamos la comida o simplemente engullimos?”, plantea Marta Bernardo.

Su descubrimiento personal cuando estaba planificando la experiencia de los baños de bosque fue el mimo y cuidado que Abadía Retuerta pone para preservar el paisaje, la flora y la fauna, con sus casas de pájaros o las balsas que recogen el agua de la lluvia para que puedan beber los animales.

Todavía no podemos parar el tiempo, pero sí regalarnos un momento de felicidad en plena naturaleza. Consulta toda la información sobre los baños de bosque aquí.