Descripción
El origen de esta sal de vino hay que buscarlo en el puerto de Libourne. En el siglo XVII, esta ciudad francesa era la más importante para el comercio del vino en nuestro país vecino. Las travesías marítimas sirvieron para descubrir que la madera era un perfecto aliado para transportar el vino aportándole además aromas y sabores.
El vino también sirvió para teñir otro de los productos más demandados desde el antigüedad. Como la sal no se podía vender con este color, los marineros prefirieron regalársela a la esposa de un famoso tabernero del puerto: Valentín Corner quien, para ofrecer un sello particular a su cocina, le añadió especias. Esta fórmula ha evolucionado hasta nuestros días y ha sido rescatada por Pascal Delbeck, enólogo asesor de la bodega, quien la mantiene la receta de los «Rubíes de Valentín» en secreto.
Disponible en tarros de 90 gr.